Proteínas en las garras de "mamá" dinosaurio
En la actualidad sabemos que no todos los fósiles son sustituciones de materia original por minerales, en algunos casos, en especímenes de millones de años como los dinosaurios, se pueden preservar incluso estructuras biológicas originales.
La primera indicación de estructuras biológicas preservadas en dinosaurios vino de la famosa Dra. Mary Schweitzer, paleontóloga, quien junto a otros investigadores anunciaron que habían encontrado los restos de los vasos sanguíneos y otros tejidos blandos en el fémur de un Tyrannosaurus. Como buen hallazgo revolucionario, tuvo que pasar por mucha crítica científica antes de ser ampliamente aceptado por la comunidad científica debido, principalmente, a nuevos argumentos que se fueron sumando en los años siguientes a favor de que no todas estructuras preservadas como fósiles están "petrificadas". Es decir, en ciertos casos o más bien dicho partes de esqueletos, se pueden encontrar residuos orgánicos
Pues bien, esta semana se suma una nueva evidencia a favor de la retención de estructuras orgánicas originales en dinosaurios. En la garra de un esqueleto (una "mamá" cuidadora de huevos de una nidada colectiva) del género Citipati, su material original sigue intacto. Este trabajo, liderado por el paleontólogo de la Universidad Drexel, Alison Moyer, trabajando con W. Zheng y M. Schweitzer, fue publicado en la prestigiosa revista Proceedings of the Royal Society B.
En las puntas de los dedos se encuentran restos de la vaina dura o uña que una vez cubrió las garras del dinosaurio recordemos que existe la falange ungueal, es decir, la que sustenta la uña, y la uña. Normalmente tendemos a confundir las garras de ciertos dinosaurios con su uña ya que esencialmente tienen la misma forma, sin embargo, en vida la uña aportaría cerca de un tercio del largo total de la garra.
Moyer y sus colegas analizaron la garra comparando su estructura microscópica al de las aves vivientes, así como el uso de técnicas microbiológicas para poner a prueba la presencia de queratina beta, hallaron la presencia de esta proteína en la garra. Encontraron que la garra del dinosaurio muerto hace mucho tiempo tenía una estructura biológica a las aves vivientes, es decir, dinosaurios avianos. Sorprendentemente, algunas de las proteínas originales todavía están presentes después de más de 75 millones de años!
Este fósil proviene del desierto de Gobi, un lugar que ha sido desierto desde la Era mesozoica. En este lugar han sido hallados fabulosos dinosaurios en increíbles "posiciones de vida", debido a que el deslizamiento de dunas atrapaba a estos animales en su quehacer cotidiano. Este hallazgo es una prueba más de que las aves son dinosaurios vivientes y que los fósiles deben ser observados con atención debido al potencial que tienen de preservar estructuras que tas ahora pasaban inadvertidas.
Referencia: http://rspb.royalsocietypublishing.org/content/283/1842/20161997