La linterna de Aristóteles
Los equinodermos son organismos que aparecen en el registro fósil hace aproximadamente 500 m.a., de manera coincidente con la explosión Cámbrica, la que hace referencia a una "rápida" aparición de diversas formas de vida multicelulares acontecida durante este período geológico (nos referimos a "rápido" en términos de escalas temporales evolutivas, las cuales son mucho más extensas que las que percibimos fuera de este enfoque). A partir de ese momento, este grupo diversificó a las formas actuales, todas ellas presentes únicamente en el medio marino, desde la costa más somera a los fondos abisales, y que podemos clasificar en cinco grupos: Crinoideos (lirios de mar), Asteroideos (estrellas de mar), Ofiuroideos (estrellas de mar frágiles), Equinoideos (erizos de mar) y Holoturoideos (pepinos de mar).
Estos organismos son observados y descritos por el hombre desde hace aproximadamente 4.000 años. Sin ir más lejos, Aristóteles (uno de los grandes naturalistas y filósofos griegos), los clasificó bajo el conjunto Anaima (=sin sangre, criterio que utilizó para agrupar a la mayoría de los invertebrados, en contraposición a los Naima que correspondían a los animales con sangre), dentro de los Anaima incluía a los erizos de mar. Él se dedicó a observarlos y los describió en su libro "Historia Animalium", donde definió sus principales características, entre ellas, destaca la descripción de la particular estructura masticatoria y única dentro de este grupo conformada por una serie de músculos y estructuras que le permiten capturar e ingerir el alimento a estos animales, la cual asemeja a la forma de una linterna, de ahí su nombre: "Linterna de Aristóteles". (Foto 3. )
Si bien el conocimiento que aportó Aristóteles sobre el grupo en su obra ha ido variando y robusteciéndose a través del tiempo, habla de la importancia que recae sobre este grupo de organismos. Los equinodermos están en todos lados, desde aquel erizo negro (Tetrapygus niger) que todos quienes visitamos las costas de Chile hemos visto en abundancia sobre rocas y pozas intermareales, hasta en nuestros paladares cuando degustamos lenguas del erizo rojo (Loxechinus albus), las que en verdad no son lenguas sino sus gónadas o estructuras reproductivas. Es así, como iremos conociendo este interesante grupo, cuyo rol ecológico dentro de los ecosistemas marinos es de gran importancia, constituyéndose en uno de los mejores representados dentro de estos. (Foto 4: Erizo negro (Tetrapygus niger); Foto 5: Erizo rojo (Loxechinus albus)