100 años del Musgo de Costes
Antes de emprender una nueva expedición al tercio norte de Campos de Hielo Patagónico Sur, quisiera compartir con Uds. una nota acerca de los 100 años de existencia, para la ciencia, del Musgo de Costes (Costesia macrocarpa), en el mediterráneo de Chile central. El interés reside en su acotado rango de distribución, el que se extiende desde los 32°-33° de latitud sur, con un rango altitudinal desde el nivel del mar a los 800 metros, involucrando administrativamente a las regiones de Coquimbo, Valparaíso, Metropolitana y O'Higgins. Sumado a lo anterior y de gran importancia, es que es uno de los pocos musgos endémicos de Chile mediterráneo, situación poco documentada para la flora no vascular del país. Sus características biológicas incluyen tallos rizomatosos postrados que dan origen a ramas erectas, lo que permite la sobrevivencia de sus partes subterráneas cuando la parte aérea ha sufrido destrucción o muerte.
Para diferenciarlo, hay que considerar que la gran mayoría de las plantas no vasculares presenta un ciclo de vida que incluye sucesivos estados de hidratación y desecación. De esta manera, los gametofitos hidratados se observarán de color verde claro intenso de aspecto arrepollado-carnoso. Se agrupan en pequeños céspedes que alcanzan en promedio los 5 a 10-20 cm de diámetro, dependiendo la localidad y hábitat, y los esporofitos, muy distintivos a la hora de observarlos en terreno, se aprecian como pequeñas cápsulas de color verde claro intenso y de forma globosa con una seta rojiza-café de 5-7 mm altura, similar a un grano de uva verde en miniatura de no más de 0.5 mm de diámetro (Fotografía 1).
Al estado desecado los gametofitos son menos evidentes, ya que están embebidos en el suelo, con una coloración heterogénea donde destacan colores blancos-verde-naranja-cafés en sus hojas. Por su parte, los esporofitos maduros, se tornan café rojizo con estrías o surcos longitudinales notorios. Para salir de dudas, los rizomas subterráneos blanquecinos se pueden observar al limpiarlos del suelo adherido. Sus esporas son de gran tamaño (sobre 50 50 μm o micras), lo cual es distintivo de la familia botánica a la que pertenece (Gigaspermaceae Lindb.) C. macrocarpa cohabita con otros musgos, hepáticas de talo simple y/o complejo, en matorrales o bosques esclerófilos, formando parte de las costras biológicas de suelo (Fotografía 2).
El particular nombre común que se ha propuesto para este musgo, es en honor a su recolector, el padre franciscano Nataniel Costes, quien en sus investigaciones realizadas hace 100 años (1915), en el área del estero Marga Marga y áreas próximas a la localidad de Quilpué, como Los Perales del Marga Marga, en la Región de Valparaíso, dieron a conocer esta particular e interesante especie, estudiada tanto por briologos nacionales como extranjeros.
Al ser la única especie del género Costesia en el mundo, ha suscitado interés por evaluar su categoría de amenaza, según los criterios nacionales (Ministerio del Medio Ambiente), que están en referencia a los que propone laUnión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN, 2001), lo que se ha concretado en su ficha preliminar como Casi Amenazada (NT). Si bien presenta problemas de conservación, debido a la intensa fragmentación de su hábitat, durante sus 100 años de historia ha tenido, en general, un bajo esfuerzo de muestreo. En este punto, es importante mencionar que si bien la extensión de la presencia es menor a 20.000 km2, los trabajos de monitoreo de este año podrían proporcionar nuevas localidades, sobre todo en la región de O' Higgins, que es la menos explorada.
Para finalizar, destacar que la historia evolutiva de esta especie a estado íntimamente ligada a la formación del clima mediterráneo de Chile central, adaptándose a su variabilidad, sobreviviendo tanto a la presencia de los diferentes grupos humanos que han vivido en este paisaje hace miles de años, como también a la llegada del hombre europeo al valle central hace 500, y desde luego, hasta nuestros días.