El Holotipo de Arca scolia Philippi, 1887
Que algunos estudiantes de regiones decidan venir a nuestro museo durante la hostil y asfixiante canícula santiaguina, ya sea para realizar una práctica, una pasantía o un voluntariado, implica un notable esfuerzo y una necesaria dedicación debido al tiempo invertido en ello. Por nuestra parte, sumar apoyo en las labores curatoriales y en particular en la búsqueda de información sobre nuestras colecciones se transforman en una bien acogida colaboración, la que se retroalimenta con la energía y pasión puestas en el aprendizaje y la enseñanza.
Partiré comentando sobre Boris Ulloa, estudiante del último año de la carrera de Biología Marina de la Universidad de Concepción y oriundo de Tomé.
Durante el V Simposio de Paleontología realizado en 2016 en Concepción, noté que un par de estudiantes leían atentamente el contenido de un trabajo sobre las especies del género Limopsis, un pequeño molusco bivalvo marino presente en el Mioceno de Chile. Boris se mostraba entusiasta sobre la paleontología, en particular sobre la posibilidad de continuar en este campo de investigación. Dado su interés, le invité a que considerara hacer una práctica en el Museo Nacional de Historia Nacional en Santiago. Algunos meses más tarde, Boris se integró como estudiante en práctica, revisando inicialmente la colección de equinodermos fósiles, grupo que incluye, entre otros, a los crinoídeos, erizos y estrellas de mar.
Al poco tiempo, entre los recovecos de la extensísima colección de invertebrados fósiles, Boris pudo reconocer un ejemplar pequeño y curioso que, claramente no era un equinodermo, y que se encontraba en un contexto de almacenaje distinto del ordenamiento normal. Luego de una exhaustiva revisión, de hacer mediciones y de comparar con varias descripciones originales antiguas, el ejemplar resultó ser un molusco bivalvo y el Holotipo (ejemplar que porta el nombre de una especie) de Arca scolia, especie que fue descrita por R. A. Philippi en su magna obra "Los fósiles terciarios y cuartarios de Chile" de 1887. El material, de tamaño apenas centimétrico, había pasado aparentemente inadvertido, o incomprendido, por lo que el hallazgo fue una positiva sorpresa y una gran noticia para nuestra área.
"Poner atención en el detalle, detenerse, tomar un respiro y extremar la cautela fueron claves en este punto".
nmediatamente el ejemplar fue ingresado a nuestro sistema de registro con un nuevo código y, junto con otros materiales reconocidos posteriormente, se encuentran a la espera del proceso de conservación e ingreso definitivo a la colección de invertebrados fósiles del MNHN (SGO.PI). Lo anterior se suma al reconocimiento de una importante colección de invertebrados fósiles marinos, que podrían haber sido parte (aún en revisión) de una de las primeras colecciones de referencia que tuvo nuestro museo hace más de un siglo.