Larvas de lepidópteros: la identidad de las cuncunas
El orden Lepidoptera (mariposas y polillas) corresponde a un grupo de insectos holometábolos, es decir, insectos que presentan metamorfosis completa, que incluye los estados (o fases) de huevo, larvas, pupa y adulto (o imago). La mayor parte de las especies conocidas de lepidópteros presentan larvas del tipo eruciforme. Estas larvas, llamadas comúnmente orugas (cuncunas y cuncunillas en Chile), se caracterizan a grandes rasgos por la forma cilíndrica del cuerpo, cabeza bien esclerotizada, patas torácicas desarrolladas (ausentes en algunos grupos) y por la presencia de falsas patas en el abdomen (espuripedios), en cuya planta portan pequeños ganchos (crochets) que les permiten adherirse a las superficies. Una característica propia de las larvas de este orden, es la presencia de un área adfrontal en la cabeza (en la mayoría de las especies), delimitada por la sutura frontal y adfrontal. Este rasgo permite diferenciarlas fácilmente de las larvas de otros grupos de insectos, como Hymenoptera y Coleoptera. En la cabeza también se disponen los ojos simples (stemmata) y antenas cortas de tres segmentos, un par de fuertes mandíbulas y una hilandera u órgano tejedor de seda, ubicado en la parte distal del labio.
El exoesqueleto de la larva posee distintas estructuras externas que en conjunto se conocen como “la armadura”. Las más simples parecen pelos y se denominan setas, las más complejas corresponden a penachos y espinas, algunas de ellas urticantes; ciertamente usadas para la defensa del insecto. Todas estas estructuras morfológicas se emplean como caracteres taxonómicos y permiten el diagnóstico de especies con importancia económica, muchas de ellas plagas de cultivos y frutales.
Cabe recordar que la mayor parte de los lepidópteros tiene larvas de hábitos herbívoros, las que se alimentan de variados órganos vegetales, tales como hojas, tallos, raíces, flores, frutos y semillas; aunque también hay especies que consumen materias de origen animal (pelos, plumas y cueros) y hongos. Algunas larvas son de vida libre, se desarrollan sobre las plantas, en el detritus o en el suelo, mientras que otras son endófitas, es decir, habitan al interior de los tejidos vegetales (taladradoras, minadoras) o bien producen agallas (cecidógenas). Por último, ciertas larvas de vida libre se protegen en capullos portátiles tejidos con seda, a los que adhieren distintos tipos de materiales. Este hábito se observa en al menos diez familias de lepidópteros, entre ellas Psychidae, Oecophoridae y Coleophoridae, por mencionar algunas.
Exceptuando las especies con importancia económica, muy poco se sabe aún de la biología y hábitos de los lepidópteros chilenos, desconociéndose también las plantas hospederas sobre las que se desarrollan las larvas. Una forma efectiva de dilucidar este aspecto, es la crianza de estados inmaduros hasta obtener los adultos.
REFERENCIAS
- Artigas, J.N. (1994) Entomología Económica. Ediciones Universidad de Concepción, Concepción, Chile, Vol. II. 943 pp.
- Common, I.F.B. (1990) Moths of Australia. Melbourne University Press, Victoria. 585 pp.
- Scoble, M.J. (1995) The Lepidoptera. Form, function and diversity. Oxford University Press, Suffolk, UK. 404 pp.
- Stehr, F.W. (1987) Immature Insects. Vol. I. Kendall / Hunt Publishing Company. Dubuqueque, Iowa, 754 pp.