¿Para qué sirven las colecciones de historia natural?
Mucha gente no sabe que los museos de Historia Natural sólo exhiben un porcentaje ínfimo de sus colecciones, que bordea el 1%, y cuando se les dice, surge de inmediato la pregunta ¿Para qué tienen el resto entonces? Lo triste es que también las autoridades se preguntan para que se requieren las grandes colecciones de historia natural de los museos si la mayor parte de ellas no las ve el público ¿sirven?, ¿tienen alguna utilidad?, ¿valen la pena? Sí, las colecciones de historia natural, ya sean vistas por el público o no, tienen un valor incalculable.
Nuestro Museo Nacional de Historia Natural, en Chile, contiene un asombroso número de especímenes y objetos, cuya estimación es de más de dos millones, y otros museos del mundo tienen 10 y 100 veces esa cifra.
Las exhibiciones que ve el público son historias, un cuento sobre una temática, en que se usan algunos ejemplares de las colecciones para ilustrar esa historia, entonces ¿para qué tenemos tantos? La gente se sorprende al saber que se estima que menos de un 5% de las especies vivientes están descritas, Un gran número de especies de invertebrados, hongos, plantas y microorganismos no han sido formalmente descritas y son, por tanto, desconocidas. Esto crea problemas significativos para la conservación, la gestión de los recursos naturales, la agricultura, la silvicultura, la bioprospección, la bioseguridad y la comprensión general del mundo que nos rodea.
Si no sabemos qué nombre tiene una especie, ¿cómo podemos identificarla cuando se vuelve una plaga agrícola? por ejemplo.
Las colecciones de los museos de historia natural son la base para estudios de taxonomía y sistemática. En biología, la taxonomía es la ciencia que describe los organismos y sistemática es la ciencia que nos permite comprender las relaciones de parentesco, evolutivas, entre los organismos. Estas dos disciplinas científicas vinculadas forman el núcleo de la investigación dentro de las colecciones de ciencias naturales, la mayor parte de esta investigación se realiza en los museos, y en Chile en el Museo Nacional de Historia Natural.
Hay un sinnúmero de otros científicos que se relacionan con las colecciones ya que éstas les permiten utilizarlas para sus investigaciones, por ejemplo reconstruir una imagen de la distribución del pasado, para ver cómo la dinámica del cambio ambiental (deforestación, urbanización, climático) han afectado a los animales y las plantas y como se proyecta ese cambio a futuro. El valor de las colecciones se incrementa al estar bien estudiadas taxonómicamente. Los investigadores tienen la confianza de que están trabajando con buenos datos, con observaciones rigurosas y con muestras que son una referencia física y verificable. Los especímenes en colecciones de historia natural ayudan de gran manera al avance del conocimiento.
No sólo eso, sino que tenemos muestras reales en la mano, los cambios que suceden se pueden medir. Por ejemplo, los científicos predicen que los miembros de la misma especie animal se hacen más grandes en latitudes más altas, en Chile los ejemplares de una especie deben ser mayores en el extremo sur de su distribución, y esto puede probarse con ejemplares de colección. De la misma manera, las pieles en las colecciones de los museos permiten a los investigadores analizar cómo una determinada especie ha abordado el cambio climático y las enfermedades. El calentamiento climático puede estudiarse por los cambios en el tamaño de los animales en diferentes latitudes y en distintos tiempos. Esto se ha demostrado mediante el tamaño corporal de especímenes de aves paseriformes de museo.
Los datos de cualquier colección de historia natural para un grupo particular de organismos siempre va a ser incompleta. Esto disminuye la capacidad de analizar los patrones históricos de la biodiversidad si se utiliza un solo museo o herbario. Los datos de muchas colecciones de historia natural ya están disponible para más personas que nunca antes, a través de organizaciones como el Fondo Mundial de Información sobre Biodiversidad y otros. Estos portales Web de biodiversidad son los almacenamientos virtuales de datos, estos datos normalizados procedentes de muchas colecciones muestran una imagen mucho más completa del problema abordado y permite el uso de herramientas de análisis y oportunidades de desarrollo de la ciencia. De esta manera es posible completar muchas de las lagunas en el tiempo y en el espacio que tiene una colección individual. Estas iniciativas Web TIC (Tecnologías de Información y Comunicación) han abierto las colecciones de historia natural de una manera que habría sido inconcebible hace pocos años.
Pero detrás de todo esto, de las colecciones, de su conservación y mantenimiento, de sus análisis y estudio científico, de sus exhibiciones físicas y en la Web, están las personas, científicos, técnicos y administrativos que permiten que esto suceda y colaboran así en el avance de la ciencia y el bienestar de la humanidad.