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La pulga de playa Orchestoidea tuberculata
Las playas de arena son uno de los hábitats marinos más familiares para nosotros; sin embargo, son pocos quienes se han detenido a observar a sus habitantes. Estos ecosistemas son la interfase que conecta el mar y la tierra, y a pesar de que aparentemente se encuentran desprovistos de fauna, están habitados por numerosos organismos especialmente adaptados a la vida bajo condiciones altamente dinámicas. Imaginemos por un momento cómo sería habitar en un vasto mundo de arena permanentemente azotado por las olas y mareas, donde el sustrato es siempre inestable y puede ser arrastrado en cualquier momento por las aguas o el viento; donde el sol irradia sin piedad durante gran parte del día, quemando y desecándolo todo; donde no existe vegetación que pueda servir de refugio o alimento y permanentemente se está expuesto al pisoteo de humanos o la depredación por parte de otros animales que merodean en la superficie.
A pesar de estas adversas condiciones de vida, muchos invertebrados logran sobrevivir y prosperar en las playas de arena, generalmente pasando desapercibidos para nosotros. Ellos presentan importantes adaptaciones, que les permiten enterrarse entre los granos de arena, y obtener su alimento, ya sea filtrando las partículas alimenticias disueltas en el agua que los alcanza intermitentemente con el oleaje o aprovechando las algas u otros restos orgánicos mayores que son depositados por la marea. Una de las especies más características que este tipo de hábitats es el crustáceo conocido comúnmente como Pulga de Playa, cuyo nombre científico es Orchestoidea tuberculata. Esta especie alcanza tamaños bastante grandes para el común de los anfípodos, llegando frecuentemente hasta los 2 centímetros, con un fuerte dimorfismo sexual. Los machos se reconocen fácilmente por el mayor desarrollo de las antenas y gnatópodos, y presentan la parte dorsal del cuerpo cubierta de pequeños tubérculos, lo que le ha dado su nombre a la especie.
Orchestoidea tuberculata pertenece a la familia Talitridae, el único grupo de anfípodos que han logrado colonizar ambientes semiterrestres y terrestres. La especie habitaba en el supramareal de casi todas las playas arenosas entre Antofagasta y la región de Aysén, pero ha desaparecido en algunas de ellas debido al alto impacto humano, sobre todo durante la temporada estival. Durante el día, es posible encontrar a O. tuberculata enterrada a varios centímetros bajo la arena, mientras que en la noche salen a la superficie para alimentarse de restos de algas o animales depositados por las olas en la parte alta de la playa, siendo un importante limpiador de restos orgánicos, debido a su voracidad.
Hemos observado que durante la noche, las enormes masas de cochayuyo (Durvillea antarctica) depositadas en la playa por las tormentas, son completamente consumidas por miles de pulgas que saltan en masa, disputándose el alimento. Al día siguiente, solo quedará la silueta del alga dibujada sobre la arena por las excavaciones de los individuos que, satisfechos, buscaron refugio antes del amanecer. También ha sido observada alimentándose de restos de peces o crustáceos arrastrados por las olas, e incluso los adultos pueden atacar y devorar a los pequeños juveniles de su misma especie, razón por la que estos prefieren saltar y alimentarse sobre la playa durante el día, donde sobreviven gracias a su pequeño tamaño y agilidad para evadir a los depredadores.
Como muchos talítridos excavadores, Orchestoidea tuberculata se reproduce en el interior de sus refugios, luego de que los machos, bastante más grandes y robustos que las hembras, se enfrenten entre sí para disputar el acceso a la excavación, donde deberán esperar al momento en que las hembras mudan su exoesqueleto para poder reproducirse, ya que solo en ese momento ellas pueden depositar sus huevos.
Como en todos los anfípodos, las hembras llevan los huevos en una bolsa marsupial, ubicada en el vientre. Los juveniles, luego de nacer permanecen por un tiempo protegidos en este refugio materno, pero pronto inician su vida independiente, hasta alcanzar la talla necesaria para evitar el canibalismo de los adultos. Debido a la ausencia de larvas pelágicas que se dispersen con las corrientes y a sus hábitos excavadores en playas que están separadas físicamente unas de otras, se supone que existe muy poco entrecruzamiento entre individuos de distintas poblaciones, lo que debería propiciar el aislamiento genético, y como consecuencia, la formación de especies diferentes. Sin embargo, resulta extraño que hasta ahora se haya detectado una única especie de Orchestoidea en los más de 4200 kilómetros que separan los límites norte y sur de su distribución. En el área de Zoología hemos estudiado ejemplares provenientes de gran parte del área de distribución de Orchestoidea tuberculata, pero no ha sido posible hasta ahora encontrar diferencias morfológicas que indiquen la presencia de más de una especie, al menos en la costa expuesta (existe una especie no descrita en la región de los canales del sur). Un estudio reciente de la Universidad Católica del Norte ha logrado identificar cuatro grupos de pulgas en base a análisis genéticos, aun cuando morfológicamente hasta ahora no ha sido posible diferenciarlos (véase referencia). Aparentemente todavía no existe evidencia para afirmar si estos grupos son especies distintas o simplemente poblaciones que divergen, pero ya se ha dado un primer paso para demostrar que existe una diversidad mayor a la conocida al interior de este interesante grupo de crustáceos.
Referencia:
- Francisca Gálvez. 2011. Divergencia genética y filogeografía de Orchestoidea tuberculata (Crustacea: Peracarida: Amphipoda), un incubador habitante del supralitoral de la costa de Chile. Tesis para obtención de título de Biólogo Marino. Universidad Católica del Norte.