El primer Moai del MNHN
Quienes visitaron la primera exhibición en el actual edificio del museo en la Quinta Normal en 1878, quedaron sorprendidos al ver en el descanso de la gran escala de mármol del salón central, una misteriosa figura de piedra que hacía poco había llegado desde la lejana Rapa Nui o Isla de Pascua. Dicha estatua o moai fue una pieza central de la exhibición hasta época reciente, ilustrando la capacidad creadora y el simbolismo de los habitantes de Rapa Nui. En esta nota daremos a conocer la historia de este moai y cómo llegó al Museo Nacional de aquel entonces.
A comienzos del año 1870, la corbeta O’Higgins al mando del comandante José Anacleto Goñi tenía como misión el realizar un viaje de instrucción al Pacífico cuyo destino era Rapa Nui. A cargo de los cadetes de la Escuela Naval y de la Escuela de Aprendices de Marineros, estaba el capitán Ignacio Luis Gana estaba, contando a bordo además con el joven teniente Arturo Prat Chacón. Para dicha travesía, el ministro de Marina don Francisco Echaurren había dado la instrucción especial de traer de vuelta una estatua de piedra para enriquecer la colección del Museo Nacional, dirigido por Rodulfo Philippi:
“Usía encargará al comandante que traiga una o dos con el objetivo de colocarlas en el Museo. Debo prevenir a US. a este respecto que esas estatuas pesan algunas toneladas y que su transporte a la costa para ser embarcadas sería muy difícil y hasta imposible si no se llevan de Valparaíso los elementos necesarios a esa operación. Usía dispondrá lo conveniente sobre el particular. Indico a US. que lleven a bordo para ese fin uno de los carros en que se transportan cañones”. (Echaurren 1870:416)
Ya preparados para aquella misión, la corbeta O’Higgins arribó a la isla en la madrugada del 23 de enero y antes de llegar a la costa divisó un pequeño bote con bandera francesa. En él estaba el exmilitar y marino francés Jean-Baptiste Dutrou-Bournier con personas locales, quienes se ofrecieron a guiar el barco para anclarlo en Hanga Roa. Dutrou-Bornier era un polémico personaje que había participado en la Guerra de Crimea y luego se hizo marino mercante. Fue sentenciado a muerte por tráfico de armas en Perú, pero fue liberado por intervención diplomática francesa. Luego de ello llegó a Tahití en donde adquirió deudas de juego que le obligaron a huir a Rapa Nui en 1868. En la isla se había casado por la fuerza con Koreto Pua A Kurenga, a quien denominó reina, formó una milicia local contra los misioneros y pretendió establecer un protectorado francés. Dutrou-Bornier fue el primero que comenzó a establecer un rancho de ovejas en Rapa Nui, una compleja situación que continuaría en el tiempo bajo futuras empresas respaldadas después por el Estado de Chile.
Según el diario de navegación del capitán de fragata Luis Lynch, habría sido el mismo Dutrou-Bornier quien ofreció un par de moai a la tripulación de la corbeta O’Higgins; sin embargo, las dificultades técnicas y el peso de transporte solo les permitió llevar uno: “El Comandante, el capitán Lynch y el capitán Gana han visitado a los misioneros y enseguida, guiados por el capitán francés y actualmente de la isla Msr. Dutrou-Bornier han inspeccionado dos ídolos vecinos a la orilla. Se dice que uno es enorme y se renuncia a traerlo. El más pequeño, en perfecto estado, es obsequiado por el capitán Bornier”. (Lynch 1870:419)
El día siguiente, un lunes 24 de enero a mediodía, el moai ya estaba amarrado en el desembarcadero sur de Hanga Roa, listo para ser subido al buque unas horas más tarde. De acuerdo al diario de navegación de Lynch: “A las 3 horas a bordo y traen al costado esta curiosidad. Se iza por un penol y atrinca a popa en lugar conveniente. Ha despertado gran curiosidad a bordo. Es una tosca figura de hombre labrada en un trozo de piedra volcánica de un metro y medio de alto por 50 centímetros de grueso y 80 de ancho. En el rostro está perfectamente conservado el dibujo original, teniendo los ojos figurados por las cuencas. Los brazos deformes penden por el costado cruzando sus manos sobre el vientre, pero con relieve muy escaso. Tiene la figura el aspecto de los antiguos ídolos hallados en las cavernas o ruinas de los monumentos trogloditas”. (Lynch 1870:420)
Según el mapa elaborado por la expedición de la corbeta O’Higgins, hay un sector en el norte de la bahía de Hanga Roa en donde se aprecia en la leyenda la frase “ídolos de piedra”, lo cual podría indicar el lugar probable de donde el moái fue extraído. Al regresar al continente, dicho moái y otros artefactos de la isla como figuras antropomorfas de madera y 2 tablillas escriturales rongo-rongo, fueron entregados por el comandante Ignacio Luis Gana a Rodulfo Philippi, director del Museo Nacional con el fin de enriquecer la colección polinésica que para aquel entonces contaba con importantes colecciones de Tahití y Fiji donadas por el acaudalado minero José Tomás Urmeneta. Es así como el moái y aquellos otros objetos llegaron al museo el día 16 de marzo de 1870, cuando este aún estaba ubicado en el centro de Santiago, antes que se construyera el actual edificio de la Quinta Normal.
Rodulfo Philippi era muy consciente de la relevancia de la colección de Rapa Nui y lo poco que se había investigado al respecto. Es por ello que basado en los artefactos del museo y en relatos de viajeros, publicó en 1873 un texto titulado “La Isla de Pascua y sus Habitantes”, el cual apareció en los Anales de la Universidad de Chile. En uno de sus capítulos describe las colecciones de la isla depositadas en el museo, en donde destaca por sobre todo el moai entregado por el capitán Gana:
“Principio con el ídolo grande de piedra del museo nacional, que llamo gran de sólo por comparación con los demás objetos, que el museo recibió de esa isla, pues considerando el tamaño de las estatuas que quedan en ella y cuyas dimensiones colosales hemos dado arriba, es un pobre enano.
Mide, sin embargo, 150 centímetros de alto, y la cabeza ocupa casi la mitad de esta altura, teniendo 69 centímetros. Ella parece cortada inmediatamente detrás de las orejas, y el vértice está inclinado, de modo que esta estatua seguramente no ha podido llevar corona en la cabeza. ¿Sería anterior o posterior a las figuras con corona? ¿Ha representado a un individuo de una condición inferior en la sociedad, que no tenía derecho de llevar corona? Éstas son cuestiones que probablemente no se resolverán nunca.
La figura 1 de la lámina III dará una idea bastante exacta de esta estatua. No hay vértice en la cabeza; la frente es baja; los ojos son representados por un simple hoyo, el cual no tiene ningún indicio de haber contenido tal vez un ojo de otra piedra; la nariz es ancha, pero no muy prominente, al contrario de lo que se ve en las pequeñas figuras de madera; la boca ocupa el lugar debido; la barba es bastante prominente; las orejas se hallan más arriba de lo natural y están bastante prolongadas en su parte inferior. La expresión de la cabeza es grave y formal. El pescuezo es muy corto, así es que casi se puede decir que falta. El cuerpo termina un poco debajo de la región del ombligo, y es demasiado corto; los pezones del pecho están bien expresados, y se conoce que la figura ha debido representar un hombre. Los brazos son demasiado cortos y están colgados, y las manos puestas sobre el vientre, pero apenas indicadas.
El material de la estatua es una lava gris bastante porosa, pero muy sólida al mismo tiempo”. (Philippi 1873: 409-410)
Desde 1870 en adelante, dicho moái ha sido parte importante de la exhibición del museo, provocando la fascinación y curiosidad del público, incluso antes del interés oficial del Estado de Chile sobre la isla. Hasta el 2010 pudo ser visto por el público en la sala Rapa Nui, la que debió cerrar por los daños del terremoto de febrero de aquel año. Sin embargo, este moai hoy en día puede ser visto de modo virtual por toda la comunidad, gracias a su modelo 3D disponible en la página Sketchfab de nuestro museo, con lo cual se espera seguir contribuyendo a la difusión del conocimiento gracias a los nuevos recursos digitales.
Referencias
Archivos del MNHN
- Echaurren, Francisco. 1870. Instrucciones para el viaje a Isla de Pascua (Santiago, enero 5 de 1870). Documentos sobre la Isla de Pascua, editado por Rafael Sagredo, pp. 415-416. CCHC, Pontificia Universidad Católica y Biblioteca Nacional, Santiago.
- Lynch, Luis. 1870. Diario de navegación llevado por el capitán de fragata graduado don Luis A. Lynch Zaldívar y los cadetes de la escuela en viaje de instrucción a la Isla de Pascua y otros puntos 1870. Documentos sobre la Isla de Pascua, editado por Rafael Sagredo, pp. 417-429. CCHC, Pontificia Universidad Católica y Biblioteca Nacional, Santiago.
- Philippi, Rodulfo. 1873. La Isla de Pascua i sus habitantes, por el doctor Rodulfo A. Philippi. Anales de la Universidad de Chile: 365-424, tomo 43.