La Reunión Anual de Botánica Criptogámica, actividad sin precedentes en nuestro país, donde briólogos, liquenólogos, micólogos y ficólogos terrestres aportaron con sus investigaciones en un contexto integrador con personal de consultoras ambientales, estudiantes de pregrado, postgrado, profesionales de servicios públicos y privados pudieron discutir respecto a la nueva normativa del país que incluye a plantas no vasculares, hongos, líquenes y algas de ambientes terrestres, en las evaluaciones de impacto ambiental.

Si ya es un desafío evaluar las tradicionales plantas con flores, frutos y semillas, imagínense tener que acoger estudios de grupos de flora y hongos que poco se sabe acerca de su taxonomía, distribución potencial, endemismos y por sobre todo de sus categorías de amenaza, indicador fundamental al momento de hacer indicaciones restrictivas a los proyectos que impactan sus poblaciones, comunidades y hábitat, considerando además que los especialistas en su taxonomía, sistemática y ecología son menos que los que se necesitan para formar la selección nacional de futbol.

Sin embargo y para sorpresa de muchos, la "vieja escuela" de Liquenólogos y micólogos, representada por algunos investigadores como Wanda Quilhot, Jorge Redón y Waldo Lazo, quien fue homenajeado por los jóvenes micólogos, dando realce a instancia histórica en la ciencia de nuestro país, ya que gracias a ellos las nuevas esporas de jóvenes investigadores en estas disciplinas, han podido complementar y comenzar junto a las actuales herramientas moleculares, estadísticas y ecológicas estudios de vanguardia que nada tienen que envidiarle a colegas de países con tradición en estos temas

Ahora que todos hemos vuelto a nuestros quehaceres propios de la investigación criptogámica, queda la sensación de que hay un antes y un después de la ciencia botánica criptógama, lo cual inevitablemente trae consigo nuevos desafíos país en estos temas, donde el rol de jóvenes investigadores, asociaciones institucionales y futuros eventos científicos aportarán con nuevos conocimientos a nuestro sistema de evaluación e institucionalidad ambiental, permitiendo el fortalecimiento y acogida aún más rigurosa de musgos, hepáticas, antocerotes, hongos, mixomicetos, líquenes y algas áreas en sus solicitudes, junto a nuevas convocatorias para investigación básica y aplicada.