Los Pepinos de Mar
Los pepinos de mar pertenecen al grupo de los Equinodermos (Clase Holothuroidea). Son un grupo diverso y están representados en todos los mares y océanos del mundo, incluidas las regiones polares, desde la zona intermareal a las grandes profundidades. El registro fósil de estos organismos data del Período Silúrico Tardío (aproximadamente 400 millones de años). Desafortunadamente, debido su morfología (carece de una estructura única y rígida que soporte el cuerpo), el registro fósil de los holoturoideos es escaso en comparación a sus grupos más cercanos (lirios de mar, estrellas y soles, estrellas frágiles y erizos de mar). A la fecha se han descrito aproximadamente 1700 especies en el mundo, de las que en Chile tenemos representadas 65 (Martínez et al. in progress), no obstante, ese número va en alza debido a la posibilidad de que nos dan las nuevas tecnologías de acceder a lugares cada vez más remotos y a los nuevos estudios que se desarrollan en torno al grupo, una de las labores que estamos realizando en el AZI.
En su mayoría, los pepinos de mar poseen forma de cilindro alargado que descansa sobre uno de sus lados, poseen una apertura bucal en un extremo y el ano en el otro. Tienen cinco filas de "podios" o pies ambulacrales recorriendo a lo largo del cuerpo. En la apertura bucal poseen tentáculos orales (pies ambulacrales modificados) que utilizan para capturar el alimento y como defensa. Su pared corporal es flexible ya que poseen músculos circulares y longitudinales, su esqueleto está formado por partículas aisladas de calcita, denominadas "osículos". Estos osículos endurecen la piel y representan un vestigio (huella) del esqueleto de los equinodermos, prácticamente ausente en este grupo, uno de los más recientes en diversificar dentro del Phylum Echinodermata. Además son lo que conocemos como un carácter diagnóstico, lo cual increíblemente es de gran relevancia, por ser únicos, y por ende, permitir diferenciar unas especies de otras.
La importancia ecológica que poseen los pepinos de mar está relacionada a la bioturbación (movilidad) de materia orgánica en los sedimentos y en la transferencia de energía y material en la interfase agua- sedimento. Por otra parte, poseen importancia económica ya que dentro de las especies que conforman este grupo se han reportado 66 especies recurso en el mundo. Esta actividad extractiva se realiza desde tiempos remotos, esto debido a las cualidades medicinales, alimentarias e incluso afrodisíacas que se las han conferido, siendo los principales consumidores de estos recursos el mercado asiático. En Chile, está presente dentro de este grupo una especie de importancia comercial, Athyonidium chilensis. Producto de la alta en la actualidad hay siete especies categorizadas "en peligro" en la Lista Roja de la UICN, y nueve incluidas como vulnerables, esto debido al desconocimiento de la biología, ecología, por ende, del conocimiento esencial para desarrollar planes de manejo adecuados para tales especies. La conservación del patrimonio natural de nuestras costas es uno de nuestros objetivos fundamentales, es por eso, que el presente año nos adjudicamos un Fondo de Apoyo a la Investigación Patrimonial (FAIP), del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, para desarrollar una investigación que nos permitiese aprender un poco más sobre estas especies y de ese modo trabajar en su debido manejo y conservación, esto en colaboración con la Investigadora de la Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas, de la Universidad de Concepción, Dra. Angie Díaz Lorca.
Referencias bibliográficas
Martínez M. I. (2014). Diversidad de Dendrochirotida en el Mar Argentino (Echinodermata: Holothuroidea); aspectos taxonómicos, filogenéticos, ecológicos y biogeográficos. Tesis Facultad de Ciencias Exactas y Naturales. Universidad de Buenos Aires.