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La balsa de cuero de lobo
La denominada "balsa de cuero de lobo" cumplió un rol importante dentro de las actividades de pesca y especialmente en la práctica de arponeo, principalmente en épocas precolombinas, por grupos costeros, específicamente los conocidos como Changos, siendo ubicadas, cronológicamente, como balsas intermedias tardías entre el 1.000 y 1450 años d. C. Sin embargo existen antecedentes que el uso de estas embarcaciones se extendió incluso en épocas coloniales y republicana durante el embarque del salitre.
De acuerdo con relatos de cronistas hispanos e investigaciones contemporáneas, este modelo de balsa permitió, a quienes la utilizaban, una mejor movilidad mar adentro, logrando llegar a lugares donde había mayor cantidad de productos para ser explotados, permitiendo además trasladarse entre las caletas cercanas. (Bibar, 1966:10-12; Núñez, 1986:20-23).
Las características básicas que describe Lautaro Núñez (1986), para estas balsas son:
-"Estructura basada en dos tubos de cuero de lobo, producidos por cortes a mitad del cuerpo, con empleo del cuero subcutáneo por inversión, atados con uniones de espinas de cactus; quedando dos flotadores convergentes, sobre los cuales descansa una plataforma de madera, para maniobrar el remo de doble pala."
-"Cueros permanentemente inflados durante la navegación, utilizando una boquilla de hueso o tripa de lobo (copuna)."
- "Aplicación de un baño de impermeabilización (pasta roja)."
- "Capacidad normal para dos tripulantes (excepcionalmente hasta cuatro), dispuestos sobre la plataforma alta, sin contacto con el mar." (Núñez, 1986:22).
Por otra parte, el arqueólogo Hans Niemeyer (1965-1966) establece que la balsa de cuero de lobo se habría generado en la costa chilena, entregando como sectores hipotéticos de mayor desarrollo el territorio entre Tongoy por el sur y el río Loa por el norte. A partir de este amplio sector se habrían difundido hacia el sur y norte, respectivamente, asociándolo al contexto "chango". (Núñez, 1986:26).
En el año 1965 Niemeyer tomó contacto con don Roberto Álvarez conocido en la zona de Chañaral, como "el Chango", a quien le solicitó la construcción de una balsa. Cabe señalar que el Sr. Álvarez recordaba la técnica de construcción que le había enseñado su padre y accedió a la petición de Niemeyer, concluyendo la construcción de ésta en abril del mismo año (1965). Posteriormente se realizó una prueba de navegación y luego fue trasladada al Museo Arqueológico de la Serena, donde se conserva, hasta la actualidad (Niemeyer, 1965-66:257).
El Museo Nacional de Historia Natural cuenta, entre sus valiosos fondos patrimoniales, con los flotadores de una balsa de cueros de lobo que están en buen estado de conservación, a pesar de que la balsa no está completa, ya que falta el empalizado donde se ubicaban los tripulantes y los remos. Estos flotadores llegaron al Museo a fines del siglo XIX, según consta en los Libros de Registro.
Para saber más:
- Bibar, Gerónimo. 1966 Crónica y relación copiosa y verdadera de los Reynos de Chile (1558). Fondo Histórico y Bibliográfico José Toribio Medina, Cap. VI, pp.10-12. Santiago (Chile).
- Looser, Gualterio. 1938 Las balsas de cuero de lobos de la costa de Chile. Revista Chilena de Historia Natural 42:232-266. Santiago (Chile).
- 1960 Las balsas de cuero inflados de la costa de Chile. Revista Universitaria XLIV y XLV, Anales de la Academia de Ciencias Naturales (23):247-273.
- Niemeyer, Hans 1965-66 Una balsa de cueros de lobo de la Caleta de Chañaral de Aceitunas (Prov. de Atacama, Chile). Revista Universitaria 50-51:28-29, Anales de la Academia de Ciencias Naturales. Santiago (Chile).
- Núñez, Lautaro. 1986 Balsas prehistóricas del litoral Chileno: Grupos, funciones y secuencias. Boletín (1):20-23, Museo Chileno de Arte Precolombino. Santiago, (Chile).
- Silva, Osvaldo. 2000 Culturas y Pueblos de Chile Prehispánico. Editorial Salesiana.