Bosques costeros de Manquemapu, un tesoro natural que apenas comenzamos a descubrir
Desde el año 2016, el MNHN ha estado documentando la biodiversidad de invertebrados terrestres en uno de los últimos reductos de bosque templado continuo en la cordillera de la costa, ubicado en la comuna de Purranque, región de Los Lagos (aquí notas 1; 2 y 3). Las actividades han contado con el valioso apoyo de la Ilustre Municipalidad de Purranque, quienes a través de su Oficina de Medio Ambiente y Museo de Historia Natural, nos han dado todas las facilidades durante las visitas a esta apartada localidad de nuestro país.
Si bien esta zona natural ya es considerada valiosa en si misma por su alto nivel de endemismo, y por el nivel de amenaza que enfrenta (1), para nosotros poco a poco se ha ido revelando como un interesante hotspot para distintos grupos de invertebrados, que hasta ahora se consideran como pobremente conocidos en el área (2) y algunos de los cuales no habían sido nunca colectados anteriormente. En nuestros últimos viajes, realizados en enero y noviembre de 2018, hemos tenido la oportunidad de registrar una insospechada riqueza de especies, mayor a la esperada de acuerdo a nuestras experiencias previas y a lo reportado en la literatura.
El trabajo que hemos estado realizando durante este año como parte del proyecto “Experimentando un Ecosistema” incluye una futura guía para la identificación de la fauna del área de Manquemapu. En esta guía hemos incluido capítulos para varios grupos de invertebrados, entre los que destacan los insectos del orden Orthoptera, con 11 especies de grillos del suborden Ensifera y los arácnidos del orden Opiliones, con 12 especies del suborden Laniatores (véase figura 1), números notablemente altos si consideramos la pequeña área prospectada y el poco tiempo de estudio. Todas estas especies y otros grupos de invertebrados han sido observados en plena actividad, principalmente durante la noche en un sendero de menos de 1 kilómetro de largo, a través de un bosque costero dominado por olivillo (véase foto del encabezado).
¿Porque son tan valiosos estos bosques?
Los bosques costeros de la Región de Los Lagos descienden de antiguos bosques que datan al menos del Triásico (3). Debido a esto, hoy en día su flora y fauna es una mezcla de especies de origen gondwanico, cuyos parentescos más cercanos se encuentra actualmente en Nueva Zelanda y Australia (por ejemplo los arboles del género Nothofagus o los isópodos del género Styloniscus, figura 2), con especies de origen neotropical, cuyos parientes actuales se encuentran en Brasil y otras zonas del centro de Sudamérica (arboles como el lingue (Persea) y el canelo (Drymis), insectos del género Semiotus, babosas del género Phyllocaulis). Pero además, existe una proporción importante de especies de antiguo origen, que no se encuentran en ningún otro lugar del mundo, y cuyos parientes más cercanos ya se han extinto, como por ejemplo el olivillo (Aextoxicon punctatus), el voqui fuco (Berberidopsis corallina), el monito de monte (Dromiciops gliroides), la sanguijuela gigante (Americobdella valdiviana) o un insecto mecóptero sin nombre común (Notiothauma reedi), muchos de ellos considerados como verdaderos fósiles vivientes.
Además, los bosques costeros son más diversos que los de la depresión intermedia y la cordillera andina, debido a que sirvieron de refugio para la biota durante las glaciaciones (4). El hielo de los glaciares que bajaron de los Andes durante el cuaternario desplazó los bosques andinos y de la depresión intermedia, pero sus especies pudieron sobrevivieron en la cordillera de la costa gracias a la influencia climática del océano, y a partir de ahí más tarde recolonizaron sus áreas originales, una vez que los hielos se retiraron. Sin embargo, muchas de las especies que aquí se encuentran no realizaron esta recolonización, y hoy en día sobreviven exclusivamente en la cordillera costera.
Próximamente tenemos programado un nuevo viaje a Manquemapu, en esta oportunidad, con el objetivo de mostrar nuestros hallazgos en terreno a profesores de la comuna de Purranque y de nuestro museo. Además, esperamos en esta oportunidad agregar nuevos nombres al listado de especies registradas, para mejorar nuestra contribución al conocimiento de la diversidad biológica de esta desconocida zona de Chile.
Referencias
(1) Arroyo, M. T. K., P. Marquet, C. Marticorena, J. Simonetti, L. Cavieres, F. Squeo, R. Rozzi & F. Massardo, 2008. El hotspot chileno, prioridad mundial para la conservación. En: CONAMA (Eds) Biodiversidad de Chile, Patrimonio y Desafíos. Ocho Libros Editores, Santiago, 639 pp.
(2) Smith-Ramírez, C., 2004. The Chilean coastal range: a vanishing center of biodiversity and endemism in South American temperate rainforests. Biodiversity and Conservation, 13: 373-393.
(3) Hinojosa, L. F., 2005. Relaciones entre la flora terciaria del sur de Sudamérica y los bosques actuales de la cordillera de la costa de Chile central: fisionomía foliar y fitogeografía. En: Smith-Ramírez, J. J. Armesto & C. Valdovinos (Eds) Historia, biodiversidad y ecología de los bosques costeros de Chile. Editorial Universitaria, Santiago de Chile, 708 pp.
(4) Villagran, C. & J. J. Armesto, 2005. Fitogeografía histórica de la Cordillera de la Costa de Chile. En: Smith-Ramírez, J. J. Armesto & C. Valdovinos (Eds) Historia, biodiversidad y ecología de los bosques costeros de Chile. Editorial Universitaria, Santiago de Chile, 708 pp.