Un mamífero que pone huevos, produce veneno y detecta electricidad
El Ornitorrinco o Platypus (Ornithorhynchus anatinus) pertenece al Orden Monotremata que agrupa a tan sólo cinco especies. Habita Australia y Tasmania ocupando ríos y riachuelos. Es considerado uno de los linajes basales de los mamíferos, es decir muy antiguos. Su evolución se inició hace unos 120 millones de años atrás. Muchas de las características del Ornitorrinco confundieron a los zoólogos cuando se envió el primer dibujo y la piel de un ejemplar a Inglaterra, en 1798, llegando a pensar incluso que se trataba de una broma, dado que presentaba pico de pato, una cola como un castor, patas con membranas y que además ponía huevos, sin embargo posteriormente se reconocería que era una especie verdadera.
Las características sobresalientes que definen las particularidades de esta especie:
El huevo: Después que la hembra es fecundada el huevo crece en el útero. Luego que ha alcanzado alrededor de 2 cm de tamaño, se añade la última capa que será la cáscara. Permanece 28 días en el útero, y sólo requiere 10 días en incubación externa. En cambio un huevo de gallina permanece alrededor de un día en el tracto reproductor y necesita de 21 días de incubación externa. Es interesante señalar que sólo hasta 1884 se estableció de manera precisa que esta especie se reproducía por huevos (uno o dos), es decir 86 años después de su descubrimiento.
El veneno: Se conocen sólo unas tres especies de mamíferos que producen veneno. El Ornitorrinco es uno de ellos. Los machos presentan el desarrollo de un espolón en el hueso calcáneo en las extremidades posteriores (las hembras lo pierden durante su desarrollo) que se conecta con una estructura llamada glándula crural, y que es la responsable de producir el veneno, que en este caso no es letal y al parecer podría estar vinculado con conductas reproductivas, ya que en el periodo de apareamiento los machos aumentan la producción de esta sustancia.
La electrodetección: La última singularidad de este animal, es la capacidad que han desarrollado para detectar el campo eléctrico que producen sus presas (crustáceos) al moverse. Esto es posible por la existencia de cerca de 40.000 electroreceptores localizados en piel del hocico. Así se convierte en un hábil cazador, ya que sus presas habitan aguas fangosas, en la que la visión no presenta mayor utilidad. Los estudios de campo muestran que el Ornitorrinco cuando se sumerge en busca de su alimento cierra los oídos, los ojos y sus orificios respiratorios, por lo que sólo se orienta con las diferencias que detecta con los electroreceptores, lo que se evidencia con el movimiento de un lado hacia otra de su cabeza cuando nada buscando sus presas, como realizara un barrido del entorno.