Archaeopteryx y el aniversario de Darwin
En el momento de la publicación del libro de Darwin Inglaterra protagonizó, como sociedad, un complejo debate sobre esta novedosa teoría que hizo tambalear los pilares de la fe en la creación divina y puso a la naturaleza como autogestora de su propio devenir histórico. Esta idea podía convertirse en una teoría tan radical como la realizada por Nicolás Copérnico y el heliocentrismo. Sin embargo, a diferencia de la aplicación de un modelo que diera cuenta del movimiento de los planetas, la teoría de evolución necesitaba de argumentos que fueran tan sólidos que la argumentación permitiera ganar adeptos en una sociedad profundamente creyente.
En 1861 fue descubierto Archaeopteryx, un exquisito fósil proveniente de una cantera de piedra caliza al sur de Alemania, era básicamente el esqueleto de un animal parecido a un reptil, con grandes y curvas garras en sus manos, una cola larga y huesuda (posteriores descubrimiento mostraron que tenía mandíbulas llenas de dientes!). Sin embargo, la misma piedra caliza que preservó este esqueleto permitió la conservación de impresiones de plumas que cubrían casi todo el animal, es decir, era una especie de "fase transicional" atrapada en el registro fósil, un eslabón entre los reptiles y las aves. Hasta el descubrimiento de Archaeopteryx no se habían hallado reptiles con plumas, menos en épocas tan antiguas como el periodo Jurásico (150 millones de años).
La noticia sobre el hallazgo de este fósil rápidamente se expandió como pólvora en Europa y el espécimen fue vendido al Museo de Historia Natural de Londres, donde se encuentra en la actualidad. Este fósil rápidamente se convirtió en uno de los principales y más poderosos argumento en favor de la teoría evolutiva ya que, congelado en el tiempo, se encontraba la prueba más convincente de que existían los "eslabones" de los principales grupos de vertebrados. Este era un argumento irrebatible a favor de la evolución biológica. Gracias a este particular hallazgo Archaeopteryx se convirtió en el ícono de la naturaleza transicional de algunos animales. Hoy sabemos que el fósil del Archaeopteryx no fue más que el primer dinosaurio descubierto con plumas y que otros linajes de dinosaurios, por ejemplo la superfamilia de donde surge el famoso Tyrannosaurus rex también corresponde a un linaje emplumado. Este gran parentesco entre dinosaurios y aves permitió que en los años 70 del siglo pasado se creara la clase Dinosauria, grupo biológico pero que incluiría a las aves como un tipo de dinosaurio, es decir, de la misma que los murciélagos son un tipo de mamífero y se incluyen en la clase Mammalia.
Creemos que es importante rescatar el apoyo de la paleontología en la causa de la evolución, ya que es justamente esta ciencia la encargada de develar el riquísimo registro biológico que existió en el pasado remoto de la Tierra y por lo tanto de comprender el origen de todos los linajes en el sentido más profundo.