Bosques Pantanosos de Aysén: Entre myrtáceas y briófitas
Luego de haber recordado la flora nativa de los Andes de la Región del Maule (ver nota anterior), en esta ocasión nos trasladamos a la costa de la Región de Aysén, hacia los poco conocidos bosques pantanosos de la Patagonia, también denominados "Pitrantos" o en mapudungun "Hualves" (ciénaga o pantano). Estos ecosistemas son humedales arbóreos o boscosos que se ubican en depresiones, fondos de quebradas, en suelos con mal drenaje o junto a ríos, lagos y esteros. Estas condiciones particulares posibilitan el aporte constante de aguas subterráneas, configurando así un tipo de vegetación de carácter azonal o que depende de las condiciones de suelo local más que del clima regional.
Los bosques nativos pantanosos se distribuyen en el centro-sur Chile desde la región de Coquimbo a la región Magallanes, expresando en este gradiente latitudinal diferentes matices florísticos, siendo su principal característica botánica la presencia de árboles dominantes de la familia Myrtaceae, de los géneros Myrceugenia, Luma, Blepharocalyx y Tepualia, siendo común entre estas especies la presencia del canelo Drimys winteri J.R. et G. Forster. La familia Myrtáceae (dividida en dos subfamilias), está representada en Chile por aproximadamente 24 especies, siendo la mayoría especies de árboles o arbustos siempreverdes, aromáticos y algunos endémicos de Chile.
Lamentablemente y como fue habitual durante el siglo XIX, la mayoría de los bosques pantanosos de la región de Aysén fueron explotados principalmente por la actividad forestal y agropecuaria. Junto a lo anterior, la sobre explotación de estos, las quemas sucesivas, el pastoreo intenso y el drenaje o desagüe de sus suelos inundados tuvieron como consecuencia la pérdida tanto de la estructura del suelo y del bosque, transformándolos gradualmente en matorrales de quila (género Chusquea), pantanos de cortadera o praderas de Juncus procerus E. Mey, conocidos en Aysén como mallines (Fotografía 1).
En esta zona de la Patagonia, donde el clima aporta entre 2.000 a 4.000 mm de precipitación y existe una marcada influencia oceánica, la flora de musgos, hepáticas y antocerotes que habita los actuales bosques pantanosos como también en los mallines son desconocidos aún, por lo que es muy interesante de estudiar para contribuir con nuevos antecedentes florísticos que otorguen más valor en términos de diversidad biológica a estos particulares humedales boscosos de la Patagonia.
En ese sentido y recordando el trabajo de campo que realizamos con nuestras jardineras de pescador y las clásicas botas de goma debido a la constante presencia de agua en suelo y lluvia incesante, hoy sabemos con bastante certeza que existen diferencias en la riqueza y composición de la flora de musgos, hepáticas y antocerotes que habitan al interior de un fragmento de bosque pantanoso y de una pradera húmeda de junquillo de tamaño similar, considerando briófitos epífitos que habitan desde la base árbol hasta 2 mts altura y en el suelo. A partir de este primer sondeo encontramos en el bosque pantanoso un total de 41 especies mientras que en la pradera húmeda de junquillo pudimos reconocer 39, siendo 19 especies compartidas en ambos ambientes.
En general las especies que habitan estos sitios inundados se establecen sobre la corteza de los árboles y sobre el suelo, el que generalmente está cubierto de troncos y algo de hojarasca. Además, el 70% de los musgos y hepáticas presentes en estos dos ambientes son endémicas del cono sur de Sudamérica y en Chile se distribuyen principalmente entre la zona valdiviana, norpatagónica y subantártica. Por último comentar que la familia Dicranaceae Schimp., en los musgos y la familia Lophocoleaceae Limpr., en las hepáticas, son las más ricas en especies (Fotografía 2).
Dejando hasta aquí este breve recuerdo de los bosques pantanosos de Aysén podemos decir que su importancia botánica radica principalmente por la presencia de flora vascular arbórea de la familia de las Myrtáceae y por la interesante riqueza de musgos, hepáticas y escasos antocerotes que por primera vez pudimos conocer con mayor detalle, y que esperamos seguir estudiando para contribuir con nuevos antecedentes en términos de biodiversidad de plantas para estos desconocidos "humedales boscosos" que fueron durante décadas intensamente explotados y transformados por ser considerados improductivos, percepción que al presente está cambiando al considerarlos refugios de vida de interés para la conservación.
Para saber más:
PROMIS, A., BERGH, G., SERRA, M.T., CRUZ, G. 2013. Descripción de la flora vascular en el sotobosque de un bosque pantanoso y de una pradera antropogénica húmeda de Juncus procerus en el valle del río Cisnes, Región de Aysén, Chile. Gayana Bot. 70(1): 164-169.
RAMÍREZ, C., SAN MARTÍN, C., SAN MARTÍN, J. 1996. Estructura florística de los bosques pantanosos de Chile Sur-Central. En: Armesto, J.J., Villagrán, C., Arroyo, M.T.K. (eds.), Ecología de los Bosques Nativos de Chile, pp. 215-234. Editorial Universitaria, Santiago, Chile.
VILLAGRÁN, C., HÄSSEL DE MENÉNDEZ, G., BARRERA, E. 2005. Hepáticas y Antocerotes del Archipiélago de Chiloé. Una introducción a la flora briofítica de los ecosistemas templados lluviosos del sur de Chile. Corporación de Amigos del Museo Nacional de Historia Natural, Santiago, Chile. 160 pp.