El álamo en el paisaje chileno
El paisaje de campo, en Chile central, se caracteriza por la infaltable presencia de álamos, sauces y zarzamoras, los que se encuentran habitualmente marcando los deslindes de grandes campos de cultivo o de crianza de ganado, por lo general acompañado de un canal de regadío. Este paisaje ha sido parte de la infancia de muchos de nosotros y nos trae con frecuencia gratos recuerdos.
Contrariamente a lo que se podría pensar, estas tres especies no son nativas del territorio de Chile, sino que son exóticas. Sin embargo, las tenemos internalizadas en nuestras conciencias como principales en el paisaje del campo o lugares periurbanos.
En esta nota se referirá al "álamo chileno", las siguientes se harán cargo del sauce y la zarzamora.
A esta especie se le llama comúnmente de muchas maneras: "álamo negro", "álamo chileno" o "álamo huacho". Es originario de Asia Central y este tipo tiene el nombre científico Populus nigra L. var. Itálica.
El primer ejemplar habría sido traído desde Mendoza a comienzo del siglo XIX. Actualmente se encuentra distribuido en Chile desde Tarapacá a Magallanes. Es un árbol que en invierno no tiene hojas (caducifolio), y esta variedad no florece. En Chile existen más especies de Populus (álamos), todas introducidas, todas florecen y su polen es alergénico. Además el fruto se cubre de una pelusa algodonosa muy molesta para las personas cuando se dispersa por el viento. Así ocurre, por ejemplo, con el Populus deltoides (chopo americano o álamo carolino). Por esta razón, se recomienda que en Chile se plante solamente el P. nigra var itálica, la que se conoce como "álamo chileno", esta es la que plantó Bernardo O'Higgins, en la Alameda de Santiago, conocida entonces como "Paseo de las Delicias" o La Cañada.
En el campo agrícola siempre están presentes las largas hileras de álamos, y lo han estado desde muy temprano en la historia de nuestro país, quedando su presencia plasmada en pinturas de varios artistas. Los invito a revisar una selección de obras, con el objeto de que se cercioren de la importancia y auge masivo que tuvo el álamo en el desarrollo paisajístico de Chile. Sólo mirándolas tendrán un muy interesante recorrido en el tiempo:
- Mauricio Rugendas (1802-1858), "El huaso y la lavandera" y "Hacendados en la Cañada".
- Alejandro Ciccarelli (1811-1879), "Vista de Santiago desde Peñalolén".
- Ernest Charton (1816-1877), "La Cañada de Santiago", "La Casa de Moneda de Santiago".
- Thomas Somerscales (1842-1927), "Panorámica de Valparaíso" y Camino Tobalaba".
- Juan Francisco González (1853-1933), "Calle de San Fernando" y "Entrada casa de fundo".
- Giovatto Molinelli, (residió en Chile entre 1856 y 1861), "Vista de los Tajamares del Mapocho" y "Antigua Cañada".
- Alfredo Valenzuela Puelma (1856-1909), "Calle de Concepción".
- Alberto Valenzuela Llanos (1869-1925), "Paisaje con cordillera" y "Pintura en el campo chileno".
En la actualidad nombramos como "La Alameda" a la Avenida Bernardo O'Higgins en Santiago, precisamente porque fue por mucho tiempo una avenida que tenía varias corridas de álamos. Sin embargo, hace bastante tiempo se reemplazaron los álamos por otras especies de árboles, al tiempo que la propia Alameda ha sufrido muchas transformaciones. Con todo, sobrevive un "álamo huacho". y aquí amerita el apelativo "huacho", puesto que es un solo individuo solitario y ruinoso, en el bandejón central, casi enfrente del paseo Ahumada, cerca de la iglesia de San Francisco.
Me gustaría que las autoridades de la Municipalidad de Santiago usaran este ejemplar de "álamo huacho" como símbolo de lo que fue la Alameda y, si bien concuerdo con lo que dice esta nota del diario Las Últimas Noticias por una cuestión de tradicional y por respeto al nombre de "Alameda" que está sin álamos, pienso que se debieran plantar ejemplares en un trozo de esta avenida, para mostrar un testimonio vivo de la historia y de la evolución de antigua Cañada. Además, no se entiende por qué el bandejón central de la Alameda, a la altura del álamo huacho, está cercado con vallas, con mucha suciedad y se ha transformado en alojamiento informal de personas en situación de calle.
Bernardo O'Higgins trasformó el enorme basural de la Cañada en el apacible Paseo de las Delicias. Hoy, desafortunadamente, no se puede describir como hermoso ese importante sector de nuestra capital. Se necesita con urgencia poner atención en este tramo de la Alameda.