El gran DinoFest de Cerro Navia
Los eventos de difusión científica a gran escala son cada vez más comunes en el país. La astronomía, por citar un gran ejemplo, ha sido capaz de movilizar a miles de personas para maravillarse con los fantásticos relatos sobre el cosmos que científicos de gran trayectoria, como los Dres. Mario Hamuy y José Maza, son capaces de explicar con una increíble elocuencia. Esta dinámica de eventos masivos la pudimos ver en distintas ciudades, a lo largo del país, durante el eclipse del pasado 02 de julio, cuando los profesionales de esta ciencia no dieron abasto para atender la demanda ciudadana volcada a no perderse ningún detalle de este fenómeno natural. En este contexto, y para quienes trabajamos haciendo difusión de la paleontología en Chile, los días 23 y 24 de agosto de 2019 serán recordados como un verdadero hito, no muy distante de las cantidades de asistentes convocadas por la astronomía. En una iniciativa inusual en el país, la Ilustre Municipalidad de Cerro Navia llevó a cabo un festival llamado «Cerro Navia Jurásico», actividad dedicada 100% a descubrir, en un contexto recreativo, la fascinante historia de los dinosaurios. Como el evento era muy atractivo, la organización esperaba contar con gran afluencia de público, de hecho la estimación más optimista cifraba en 12.000 usuarios a ser atendidos en ambos días. Sin embargo, la ciudadanía respondió con mucho entusiasmo y llegaron hasta el estadio municipal, de la comuna, más de 15.000 personas.
Este evento fue posible gracias al compromiso de muchas organizaciones, entre ellas nuestro museo. El MNHN participó con sus áreas de Educación y Paleontología, y junto al proyecto Anillo (ACT 172099) de la Universidad de Chile, fueron los encargados de desplegar a sus investigadores y estudiantes, para entregar contendidos científicos de vanguardia a los asistentes del evento. Familias enteras se maravillaron al ver réplicas de fósiles, como el cráneo de un tiranosaurio juvenil y del espectacular carnívoro del Jurásico: el Ceratosaurus, huevos originales de dinosaurios y reconstrucciones en vida de las especies más representativas. Todo esto junto a las maravillosas preparaciones de diafanizados (técnica que permite teñir huesos y cartílagos, a la vez que transparentar la piel y músculos de animales) del laboratorio de Ontogenia y Filogenia de la U. de Chile. De hecho, cada usuario pudo recibir la explicación directamente del investigador que estaba trabajando, en primera línea, sobre esos temas científicos.
Aparte de la innegable emoción que pude percibir en las familias que fueron atendidas esos días y el increíble número de los asistentes, inevitablemente pensé en la importancia de este tipo de instancias de difusión para la comunidad. Los seres humanos sentimos una constante necesidad de ser parte del Universo, de entender la conexión con nuestro entorno natural inmediato, de conocer y reflexionar sobre nuestros orígenes más remotos y esta necesidad no es un tema menor, muy por el contrario, es una gran dimensión del espíritu humano. En eso, las ciencias como la paleontología y astronomía se parecen, en ambas se trabaja para reconstruir los eventos históricos que nos permiten entender cómo es nuestro presente, por qué estamos aquí reflexionando, por ejemplo, sobre este mismo asunto y cómo debemos mirar los temas contingentes de nuestro planeta. No es mi intención describir, en una simple nota, las implicancias que tiene la difusión científica sobre las personas, es sólo aprovechar la contingencia de este evento como un recordatorio de que, en los temas educativos, la difusión científica no es una invitada ocasional, debiese ser parte constitutiva de los procesos que acompañan el aprendizaje y formación de los ciudadanos, no sólo a nivel escolar, sino a lo largo de toda la vida.