Ahora que estamos próximos a tapar la excavación arqueológica realizada en el Museo Histórico Nacional, aprovecho de contar algunos datos sobre el trabajo realizado, que seguramente llamarán su atención, tal como ha sucedido durante el período en el que estos trabajos estuvieron vigentes, a la vista de los visitantes del MHN.

¿Cuántos profesionales participaron? En forma permanente trabajamos diez personas (dos arqueólogos principales, una coordinadora de terreno, tres en la excavación, dos en el harnero, dos en conservación). Además, colaboraron una egresada de geología, una arqueobotánica y un maestro.

¿Por qué si se terminó la excavación el 8 de julio recién se va a tapar el 1 de agosto? Porque después de la excavación fue necesario hacer los dibujos de perfiles y la geóloga Nataly Castro y la arqueobotánica Luciana Quiroz debieron extraer muestras. Por si lo anterior no fuera suficiente, el dosímetro instalado para medir la radiación gamma del lugar y que es necesario para establecer un fechamiento por Termoluminiscencia, debió estar enterrado en el suelo mínimo un mes.

Más interrogantes: ¿Por qué la tierra harneada se embolsó si después igual iba a ser devuelta al piso excavado del museo? Principalmente por razones de espacio y para evitar que se generara polvo en suspensión que afectara la exhibición del museo; también, considerando la época del año en el que se realizaron estos trabajos- meses de invierno- evitar la formación de barro en caso de lluvia. Se llenaron más de 400 bolsas.

También, algo que se pueden estar preguntando quienes se enteraron de que estos trabajos estaban a la vista de los visitantes: ¿Por qué esta excavación fue abierta al público y otras no se pueden ver? ¿Por qué tuvo tanta difusión? Pues bien, estas y otras preguntas serán respondidas en la próxima nota.

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