La increíble capa tehuelche de siete cueros
Desde tiempos precolombinos hasta nuestros días el hombre ha explotado y hecho diversos usos de los recursos que le ha brindado la naturaleza para sobrevivir. Uno de ellos han sido los animales, especialmente mamíferos, tanto terrestre como marinos, que le han servido no solo para utilizar su carne, fabricar artefactos, sino además utilizar sus pieles en diferentes formas. En el pasado diferentes etnias usaron los cueros para colocarlos en sus rudimentarias viviendas, a modo de techumbre, para capear el frío y la lluvia, también confeccionaron algunas prendas básicas para cubrir algunas partes de su cuerpo; pero a medida que el hombre fue conquistando nuevos espacios también fue desarrollando nuevas tecnologías, por lo que la calidad de los productos fabricados con esta materialidad, cada vez fue mejorando hasta lograr prendas de mayor sofisticación y complejidad.
Actualmente el Museo Nacional de Historia Natural dentro de las variadas colecciones que resguarda, cuenta con una capa tehuelche de extraordinaria factura confeccionada consiete cueros, probablemente de guanaco (Lama sp). Esta notable prenda de vestir fue construida a partir de siete cueros superpuestos y cosidos entre sí, pintada de color rojo ladrillo y decorada en la parte central longitudinal con una franja de color ocre beige y delimitada a ambos lados por una delgada línea de color negro. Ambos costados en su tercio inferior se encuentran abiertos, al igual que el escote en su parte central. Probablemente cuando fue fabricada tenía ambas mangas, pero cuando llegó al museo sólo contaba con una de ellas debido al deterioro que traía. Esta capa fue donada por el Sr. Teodoro Schmidt en el siglo pasado según consta en los libros de registro.
Hemos querido dar a conocer este valioso objeto por ser único dentro de las colecciones antropológicas de nuestra institución, el cual forma parte del legado que nos dejó la comunidad Tehuelche que otrora habitó la zona de la Patagonia de nuestro país. Algunos estudios sitúan a este pueblo originario entre Río Negro (Argentina) y el Estrecho de Magallanes, y aunque es difícil de determinar límites rígidos, por su nomadismo, hecho que los mantuvo en constante movimiento, se reconocen varias parcialidades de esta comunidad.
Esta capa es un mudo testigo de las variaciones térmicas que debió soportar este pueblo, especialmente en las estaciones de invierno donde las temperaturas medias son de -2° C y durante el verano estas alcanzan hasta 40°C en algunas zonas.
Este bien patrimonial merece ser promovido, valorado y respetado por ser un elemento constitutivo de nuestro pasado e identidad cultural.