¿Son inteligentes los delfines?
Algunos datos previos: las investigaciones de Marino y colaboradores (2007) señalan que el cerebro del Cachalote (Physeter catodon), que llega a unos ocho kilogramos, es aproximadamente un 60% más grande en masa absoluta que la de un elefante. Tanto, el cerebro de las ballenas y los delfines son significativamente más grandes que los primates no humanos (gorilas, chimpancés y orangutanes) y están en segundo lugar en comparación con nuestra especie.
La "inteligencia" siempre nos ha parecido atractiva aunque no tengamos muy claro qué es. Naturalmente la medida de la misma es una acción propia de los humanos, lo que resulta evidente cuando comparamos, con nuestros criterios, la nuestra con otras formas de vida que consideramos "inteligentes", tales como los chimpancés, los perros o los delfines.
Normalmente asociamos el tamaño del cerebro con inteligencia. Cerebros grandes, animales inteligentes. Además si la forma del cerebro es parecida a la nuestra, mucho mejor.
Pero veamos esto en mayor detalle. Definamos lo que entendemos por inteligencia. Seguramente usted sabrá que hay muchas definiciones. Por ejemplo si hablamos de nuestra especie podemos encontrar a muchas acepciones: inteligencia musical, lingüística, espacial, lógico-matemática, por citar algunas. Sin embargo cuando ampliamos el espectro e incluimos a las otras formas de vida el concepto cambia. En términos simples definiremos inteligencia como la "plasticidad conductual que permite a los organismos dar respuestas adecuadas a las situaciones que se presentan, permitiéndoles de esta forma mantener una relación con el medio y su contexto". A partir de esta definición, ¿podemos considerar a los delfines inteligentes?
La respuesta tentativa a esta pregunta es antigua (Aristóteles, 384 al 322 a.C., ya se planteo el tema), pero su abordaje desde el campo de las ciencias surgió en los años 60' con John Lilly (1915-2015) quien trabajo en neurología, entre otros temas. Él postuló la idea de la posibilidad de comunicación con los delfines por lo que desarrolló una serie de experimentos orientados crear modalidades de comunicación entre humanos y delfines, permitiendo de esta forma entender la "inteligencias de estos. Su trabajo abrió un tema que tuvo grandes implicancias en la imagen que existía de los delfines. Si bien es cierto que sus teorías no tuvieron los resultados que él esperaba, sirvieron de inspiración a otras generaciones de investigadores (Schusterman, Herman, Thomas y Marino entre otros) para replantarse las preguntas y los métodos de investigación. Básicamente estos científicos descubrieron que el cerebro de los delfines es muy complejo. Normalmente, en mamíferos grandes, la superficie del cerebro puede llegar a ser muy intrincada caracteriza por un plegamiento cortical (gyrification en ingles) que es muy marcado en los delfines (figura 1).
Hay varias proposiciones que buscan explicar este incremento en la superficie del neorcórtex en los delfines. Entre las ideas al respecto que podrían explicar este proceso, figuran la evolución de un sistema auditivo que permitió el desarrollo de una ecolocalización altamente eficiente (un delfín nariz botella puede discriminar en el fondo de una piscina una moneda de diez pesos); un aumento en los años de vida y el desarrollo de conductas sociales complejas. Estos aspectos aún son discutidos por los especialistas, sin embargo lo que es claro es que los delfines presentan un despliegue de conductas que claramente nos permite decir que son "inteligentes" más aún si consideramos otros parámetros. Por ejemplo presentan autoconocimiento y automonitoreo de ellos mismos, es decir si les presentan un espejo saben que son ellos y reconocen su cuerpo; comprenden de las instrucciones del lenguaje; exhiben conductas con una alta diferenciación social así establecen fuertes relaciones sociales. También evidencian una comprensión de simbólico, es decir representaciones de las cosas y eventos (denominado conocimiento declarativo); muestran una comprensión de cómo funcionan las cosas o cómo manipularlas (conocimiento procesal); exhiben una comprensión de las actividades, identidades y comportamientos de los demás sujetos (conocimiento social).
El córtex en los delfines presenta una baja densidad de neuronas, en cambio la densidad sináptica es alta (esto es el número de sinapsis por neurona). Los estudios más recientes muestran que la arquitectura cerebral de los delfines es distinta a los demás mamíferos, lo que resulta muy interesante, ya que el hecho de haber evolucionado en el medio acuático les permitió generar otras alternativas exitosas para desarrollar procesos cognitivos muy complejos, que en la práctica muchos especialistas sitúan bajo el concepto de la "cultura de los delfines", condición que nos abre una serie de interrogantes acerca de la forma en que debemos relacionarnos con especies que poseen una inteligencia tan compleja como la nuestra.
Para saber más:
Huggenberger, S. 2008. The size and complexity of dolphin brains -a paradox. Journal of the Marine Biological Association of the United Kingdom 88(6): 1103-1108.
Marino, L. y colaboradores. 2007. Cetaceans Have Complex Brains for Complex Cognition. PlosBiology 5(5): 966-971.
Schusterman, R., J. Thomas y F. Wood. 1986. Dolphin Cognition and Behavior: a comparative approach. Serie Comparative Cognition and Neurosciencie. Lawrence Erlbaum Associates Publishers. 393 pag.