Un Martillo Precolombino
Cuando nos adentramos en la observación de los objetos arqueológicos a través de su conservación o documentación, siempre nos encontramos con algún artefacto que nos llama la atención.
El sorprendente mundo precolombino nos logra cautivar con su diversidad de tecnología, que no sólo les permitió dar respuestas a sus necesidades del diario vivir, sino también hizo su aporte al desarrollo y mejoramiento de muchos artefactos cuyo origen se sustenta en la época precolombina y que evolucionaron en el tiempo hasta el día de hoy; ejemplo de ello es caso de los telares, de las agujas de coser y tantos otros testimonios que podríamos mencionar. En esta oportunidad queremos mostrar y admirar los martillos precolombinos que fueron fabricados, para extraer los minerales que eran de su interés, tanto para su uso como para intercambio con otras comunidades.
Las investigaciones más recientes dan cuenta que las evidencias más antiguas a cerca de la minería chilena, estarían en el área atacameña. Existen pruebas de una mina de óxido de hierro, cuya primera explotación se habría realizado hace 12.000 años atrás, aproximadamente y fue encontrada en las costas de Taltal (Salazar, 2010:203). Este hallazgo estaría confirmando que el desarrollo de la minería partió tempranamente en el territorio atacameño. Siendo la cultura Huentelauquen (10.000 y 4.000 a.C.) los precursores de esta actividad y cuyo principal propósito, para ejercerla, fue la obtención de los preciados colores rojos y amarillos, que luego los usaron en diversas actividades tanto domésticas como rituales, ya que estos pigmentos no sólo los utilizaron en ritos funerarios, sino también para cubrir sus cuerpos como parte de su estética, una características distintivas de los habitantes de la costa desértica del Norte chileno.
Para lograr su objetivo ellos fabricaron diversos utensilios a partir de las materias primas que podían obtener en el propio lugar o en sus alrededores más cercanos, donde la piedra cumplió un rol fundamental. Es así como a través del uso de un trozo lítico fueron capaces de elaborar martillos de diferentes tamaños y pesos. Algunos muy pequeños cuyo gramaje sólo alcanzaba algunos cientos de gramos y otros que podían lograr un peso superior a la decena de kilos. Estos martillos constan de un núcleo lítico, que envolvían con dos maderos curvados y los amarraban con tiras de cuero, los que aparte de sostener la piedra, también forman el mango para asirlos; son instrumentos altamente eficientes a pesar de la simpleza de su fabricación.
El Museo Nacional de Historia Natural cuenta entre sus variadas colecciones con algunos de estos artefactos, que son símbolo y mudos testigos de los incipientes inicios de la gran minería en Chile.
Para saber más....
Salazar, Diego
- 2012 Atacama: Historia de la Minería indígena atacameña. Museo Chileno de Arte Precolombino. 326 p.