Las alas de los lepidópteros, tercera parte: El color
En los lepidópteros el patrón de coloración de las alas reside exclusivamente en las escamas, pues la cutícula del ala es incolora o algo opaca y transparente. Cada escama corresponde a una única célula aplanada que mide aproximadamente 100 micrómetros de largo y 50 micrómetros de ancho. Las escamas pueden superponerse como tejas y cubrir completamente la superficie del ala a una densidad de 200 a 600 unidades por milímetro cuadrado. El color se encuentra principalmente en las escamas superficiales, y es originado por los pigmentos presentes en ella, por la microestructura tridimensional de ésta (colores estructurales) o por ambos (Figura 1). La mayoría de los blancos, azules y todos los colores metálicos (iridiscentes) en los lepidópteros corresponden a colores estructurales, tema tratado en una nota anterior (ver nota acá).
En cuanto a los colores químicos o pigmentarios (zoocromos), en las alas de los lepidópteros se han encontrado cuatro tipos de pigmentos: melaninas, pterinas, flavonoides y ommocromos, algunos pigmentos biliares y otros zoocromos no identificados. Las melaninas incluyen pigmentos negros o marrones, aunque también las hay rojas y amarillas. Las pterinas incluyen desde amarillo pálido hasta rojo, aunque también existe un tipo incoloro (leucopterina) que actúa como blanco estructural. Los flavonoides son pigmentos de origen vegetal, que no pueden ser sintetizados por los animales, y por tanto deben ser obtenidos mediante la alimentación; pueden variar desde el blanco al amarillo. Los ommocromos son pigmentos marrones, rojos o amarillos; son de los pigmentos mejor estudiados en insectos, aunque su presencia estaría limitada a las mariposas de la familia Nymphalidae. Los pigmentos biliares incluyen varios pigmentos azules verdaderos (pterobilinas) y estarían presentes en familias como Nymphalidae, Papilionidae y Pieridae.
El patrón de color de las alas en los lepidópteros corresponde a un "mosaico de azulejos" formado por escamas monocromáticas (Figura 2). El color de cada escama es generalmente homogéneo, y su intensidad varía de acuerdo con la concentración del pigmento depositado en ella. En realidad, el repertorio de colores de cada especie es bastante limitado, teniendo de dos a cinco colores de escamas, y algunos colores se logran mezclando escamas de diferente coloración.
Referencias
Nijhout, H. F. (1981) The Color Patterns of Butterflies and Moths. Scientific American, 245 (5): 140-153.
Nijhout, H. F. (1985) The Developmental Physiology of Color Patterns in Lepidoptera. Advances in Insect Physiology, 18: 181-247.
Scoble, M.J. (1995) The Lepidoptera. Form, function and diversity. Oxford University Press, Suffolk, 404 p.